Nubes de grandes cambios se dibujaban en el horizonte.
Los puentes, aún sin acabar, serían crueles testigos de nuestra indiferencia.
Indiferencia ante aquellas sombras, que la espuma del mar traían a nuestras puertas huyendo de la barbarie.
Echándote de menos
Era ese día, el día de tu Luz. Hoy tocaba jugar con las nubes, como si fueran olas. Hoy nos dibujastes un Sol sobre Aganada, como si fuera un planeta. ¡Gracias!
Los susurros del viento
Era difícil, pero no imposible.
¡Volver a repetir el mismo dibujo… Vivir la misma experiencia!
¡Esperemos los susurros del viento!