Flotábamos

Flotábamos sobre el vacío,
confiando en vislumbrar una veta de esperanza.
Mientras,
las luces de aquel horizonte, configuraban un nuevo futuro.

Y entonces… llegó la Luz

Llegó la Luz

 

Ascendía por las fachadas, agarrándose con tornillos a mi piel calcárea.
Atravesaba mis frescos muros de piedra, llenando de relámpagos mi oscuro interior.
Y entonces…, comenzamos a olvidar la importancia de la Luz.

Su juego favorito

Su juego favorito

 

En su niñez, se asomaba desde esa ventana, para ver el humo de la cocina dibujando cabellos arrastrados por el viento.
Era su juego favorito, era el camino elegido… la fascinación por lo efímero.

La espera

La espera

 

La espera se hacía eterna.
Solo el sonido del viento recorría habitaciones y pasillos, rebuscando entre sus grietas, recuerdos y memorias.

El universo

El Universo

 

Sus vetas daban alguna pista sobre las noches que había pasado contemplando las estrellas, sin darse cuenta que a su alrededor se configuraba un universo, posiblemente tan bello e infinito, del que ya formaba parte.

El tiempo

El tiempo

 

Sus piedras lo habían sentido,
lo habían palpado, escuchado.
Poco más quedaba por hacer,
quizás solo permanecer inmóvil
frente a lo que aconteciera.
¿Y si todavía estuviéramos a tiempo?

Su propia Alma

Su propia Alma

 

Aprendió a dibujar con su abuelo. Trazando líneas, sin lápiz, sin tiza, sin carboncillo. Intentando comprender el sentido de las cosas, su esencia, su color, … Intentando descubrir su propia Alma.

Ya no se abre

Ya no se abre

 

Ya no se abre
Ya no se asoma.
Se oculta tras ella
para no perder su alma.
El tiempo la maquilla
de grietas y humedades.
Pero ahí sigue
esperando una reflexión…
¿o quizás una poesía?

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